lunes, 24 de julio de 2017

Las trampas


José Hurtado Villegas construía incesantemente trampas para cazar animales que no existían.
— ¿No te importa cazar, José?
— ¿Qué quieres decir? Para cazar es que invento las trampas.
— Pero son trampas para animales que no existen.
— Existen. Cuando concibo la trampa, los invento.
— Ay, me parece que otra vez no nos entendemos. Mira, otros cazan conejos, y comen conejos, ¿tú qué comes?
— Pues, los animales que creo.
— ¡Pero si no los cazas!
— Los concibo.
— ¿Y de qué te sirve?
— ¿De qué sirve comer siempre lo mismo, lo que ya sabes cómo es, lo que ni siquiera sabes cómo es porque no tiene importancia?
— Pues, que te mantienes vivo.
— No vives con eso. Vive tu cuerpo.
— ¡Y bueno!
— No te alcanza, hombre. No te alcanza para vivir. Necesitas más.









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