martes, 14 de febrero de 2017

La musiquita



Paul Simon escuchaba coros cuando compuso Graceland.
¿Qué escuchaba Toto cuando compuso Africa?
¿Oía el coro de miles de voces?

Un poema no puede ser traducido desde el chino al español.
Ni desde el danés al alemán.
Ni desde el francés al italiano.
Ni del español al español.
De la misma forma, las composiciones son la traducción, la evocación, lo que puede hacer una criatura insignificante, un gusano divino como es el humano, con aquello que capta del infinito.

El Tao Te King concentra su energía en la explicación de que el agua no lucha, sino que se adapta. Adapta su forma al continente que la recibe, a la circunstancia en que vive.

Estamos hechos de pequeñas estructuras moleculares. Una cantidad masiva de esas moléculas son de agua. Si nos sacaran el agua del cuerpo quedaríamos como un trapo de piso seco.
Esas moléculas de agua son moldeadas por la música.

No estoy diciendo algo figurado. Es algo físico, muy fácil de comprobar en el laboratorio más rudimentario. Los sonidos mueven el agua y si esos sonidos tienen un patrón, como la música, el agua adquiere una forma determinada por ese patrón.

Puedo hacer una lista de los temas musicales que me ponen a llorar, incluso antes de que se me generen sentimientos.

En Jajouka, Marruecos, una banda de músicos tocaba una vez al año durante varios días. La gente de los pueblos de los alrededores le llevaban los enfermos para que la música los curara.

Entonces, si tus hijos adolescentes se la pasan todo el día escuchando música, pensá que tal vez son más sabios que vos. Sentate al lado y escuchá con ellos.







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