viernes, 22 de agosto de 2014

Faraway Springbok


Hubo en el Parador Nocturno donde hacemos la Biblioteca un grupo de africanos. Habían conseguido trabajar en un barco, cuando llegaron a Buenos Aires decidieron quedarse, buscaron un refugio donde dormir, alguien les indicó el Parador. Estuvieron algunos días, se pusieron en contacto con otros muchachos de la colectividad de diferentes países de África (ser negros los hace muy visibles y están en muchos lugares en las calles, vendiendo relojes y alhajas), quizás consiguieron trabajo, seguramente alojamiento y se fueron. Por otro lado, hay un sudafricano, solo. Claro, no está solo siendo que cada noche hay cerca de 170 hombres en el lugar, pero ya no está con otros africanos —de todas maneras no estaba con el grupo y había llegado antes. Y no está solo, pero está apartado. Nunca lo veo hablar con nadie y muchas veces lo veo sentado en uno de los sectores de varias sillas contra una pared, y en cada silla, alguien que no habla con los demás, como si tuviera a su alrededor una ciudad perfectamente desierta. Si les hablás a esas personas, te responden lentamente, pero ellos no le dirigen la palabra ni la mirada a nadie.
Pero este sudafricano un día salió de la zona de aislamiento y se acercó a preguntar si le podíamos prestar un libro. No se entusiasmó con ninguno, pero sí nos pusimos a charlar, y desde entonces cada vez que vamos, en algún momento se acerca. Hemos encontrado como tema de conversación el rugby. Ayer pudimos explayarnos y me dejó impresionado cuánto sabe de rugby. Es un apasionado. Conoce a los Pumas jugador por jugador, conoce su historia, los ha analizado, y de la misma forma habla de los Wallabies, los All Black y, por supuesto, los Springboks. Sabe que uno de esos equipos vendrá pronto, que jugarán en Rosario y Mar del Plata, me pregunta cómo llegar hasta allí. Yo me pregunto qué hace este hombre en el Parador, qué plan tiene, cómo saldrá, cómo conseguirá volver a Sudáfrica, si tendrá familia allá, si le importa volver. No veo que podamos ayudarlo en todo eso, pero quizás consigamos un libro sobre el rugby. Creo que sería feliz llevándose el libro en la mano. Quizás lo ayudaría de alguna manera en su camino.



 


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