miércoles, 13 de noviembre de 2013

Alicia y Paloma


Siempre dicen que para las chicas es más fácil darse el gusto de estar con otras chicas, porque no está mal visto que anden de la mano, se mimen, duerman juntas.
Alicia y Paloma se amaron tanto, tan frontal y honestamente, que conmovía verlas juntas. Sabían que se querían más que a sus maridos, toda la vida pasaron pendientes de cómo estaba la otra, acompanándose en los momentos muy malos y en todas las alegrías, haciendo instantáneamente un cotidiano apenas estaban juntas. Fueron las personas más felices charlando, mirándose, sabiendo lo que la otra pensaba.
Una noche dormían en la habitación de los hijos de Paloma, que ya eran grandes y tenían sus propias familias, cada una en una cama y tomadas de la mano sobre el vacío. Alicia dijo:
— Nosotras debimos haber haber hecho una pareja.
Sí.
Habernos casado...
Vivido juntas...
Nos habrían condenado.
Sí, seguro. ¿Y qué importa?
Lo que pasa es que nos queremos tanto...
Podríamos haber tenido hijos.
Nietos.
Que pena, Alicia.
Si. Una pena.
Pero nos queda la próxima vida.
Es muy grato saber eso.Tengamos la esperanza.
Durmamos, ya. En otra vida estaremos más juntas.
Ya. Buenas noches, Alicia.

Buenas noche, Palomita.