miércoles, 1 de mayo de 2013

Para cuando ya me empiece a quedar solo








Mi tía Tita está obsesionada siguiendo todo el día varios sitios de divulgación científica, se ha suscripto a boletines de centros de investigación de una cantidad de universidades de muchos países, etc. Ansía que inventen el modo de que los muertos puedan comunicarse con los vivos a través de una red social. A medida que envejeció, los amigos de mi tía Tita, con quienes se conectaba por facebook, twitter y otras redes, se fueron muriendo. En un momento eran cientos, muchos compañeros de trabajo de la sastrería Urpe, de otras sastrerías y de otros trabajos, unos cuantos compañeros de la secundaria, algunos de la primaria, amigos latinos que se hizo cuando vivió en New Jersey, exnovios, candidatos eternos, amigas y amigos que se fue haciendo en el camino, y parientes. Fueron cientos, pero se ha ido muriendo. No han sido eliminados de las redes, porque para hacerlo hay que conocer su clave, y entre que quien la ha tenido no se ha tomado el trabajo, y quien quiso tomárselo no tuvo la clave, están todos allí. Son ilusiones, engaños, carteles que dicen “NO VUELVO”. Mi tía Tita está segura de que alguien está investigando el modo de que, desde el otro lado, los muertos puedan reactivar su cuenta. Así podrá volver a chismosear y recordar cosas. Por lo menos por un tiempo.