miércoles, 27 de febrero de 2013

Trampa



Espero el día en que el Destino me depare un Maestro que me tenderá esta trampa: en el lugar al que voy a buscar nuevos proyectos, pondría un proyecto que abandoné, dada mi tendencia indeclinable a empezar y abandonar proyectos, y me diría que el proyecto es terminarlo.

¿Qué haría yo entonces?

martes, 26 de febrero de 2013

Oscuro mundo sin mujeres



Hay veces que el colectivo parece un transporte de presos, militares, petroleros o clientes de prostíbulos. Un estado de cosas denso, en el que sólo es predecible lo peor.

domingo, 24 de febrero de 2013

De la milonga campera "Camino de los quileros", de Osiris Rodríguez Castillo



Gurisit'e pierna flaca
Barriguita de melón
Donde hay tanta vaca gorda
No hay ni charque para vos.

Tu bisabuelo hizo patria,
tu abuelo fue servidor,
tu padre carneó una oveja
y está preso por ladrón.

Toma café con fariña
y andá guapeando por ahi.
Mañana mate cocido;
pasado, Dios proveerá.
Mañana busco el camino
del pobre que va por pan
Si no me para una bala
pasando te traigo más.

sábado, 23 de febrero de 2013

Sábado a la noche



Sábado a la noche uno se queda en casa porque quiere entregar el informe interminable antes de mañana, así puede descansar el domingo, manda a la chica a un cumpleaños y se queda solo, porque no va a condenarla a estar el sábado a la noche viendo cómo uno trabaja, y encima va y pierde Boca, y uno que no sabe qué hacer y se pone a procastinear porque no soporta la derrota, y así va a parar a facebook y ahí encuentra un www.singlesclub.com.ar, que tiene "Originales propuestas rompe-hielo" y entonces sí, la depresión es un viaje de ida.

Los refusilos de don Patalaccio





Ya veo los refusilos por la ventana del baño.
Está repesado, se va a largar fuerte.
Otra vez se va a inundar todo.
Otra vez se va a inundar el pasillo y voy a tener que
ver a mi vecino don Patalaccio
en cueros, en calzoncillos
y con las botas,
bajo la lluvia haciendo fuerza para levantar
una tapa de cemento cuadrada y
enorme.




Resolana


  


Es un fenomenal título Eternal Sunshine of the Spotless Mind para un guión de maciza calidad (de Charlie Kaufman, pare ser filmado por Michel Gondry). Y en español inclusive parece mejorar; alguien le puso con buen sentido del lenguaje Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Podría haber sido Eterno fulgor de una mente en blanco, o Eterna resolana de una mente inmaculada, si se hubiera resuelto un nombre telúrico.

Alguien más avezado en el inglés me explicará por qué se usó sunshine en lugar de shine. Resplandor expresa la película afinadamente, sin necesidad del sol, y Stanley Kubrick pudo utilizar shine igualmente.

Kubrick inauguró el resplandor como emblema en que se encarna el terror. En cambio, en Eterno resplandor… es uno de los términos en la ecuación del amor. El resplandor puede ser la fatalidad del amor. O puede expresar que el origen, materia y sustento  del amor llega de otro orden de la realidad. Cuando dos personas se enamoran viven en otro mundo, lo que les pasa las transporta a otra existencia. A un estado acaso divino.

El resplandor, en fin, parece nombrar al amor.










Decía que si en lugar de resplandor se hubiera usado resolana, la traducción habría sido al criollo. Resolana es aquella zamba con música de Eduardo Falú y letra de Jaime Dávalos. Como Eterno resplandor…, cuenta una historia de amor. Aunque la de Dávalos es muy ordinaria, el letrista se las arregló, de todos modos, como solía hacerlo, para colar alguna figura notable. Dice:

Que te quede de mí la ternura,
Como resolana debajo la piel.










Me viene a la mente otra película, El rayo verde, de Éric Rohmer. Es la historia de una mujer que no puede escapar a la soledad. Busca en los lugares convencionales el amor que la salvará, hasta que se harta y abandona. Siendo cine realista, en la trama hay cosas buscadas con afán apasionado que juegan el capricho de aparecer sólo cuando se ha desistido. Delphine conoce a un hombre sólo luego de haberse resignado a estar sola. Con la crudeza descarnada de las relaciones de un hombre y una mujer sin intermediarios, ella no cifra en él esperanzas, no se entrega al amor. Andan por ahí, sin expectativas respecto de ellos, en medio de la sordidez en que naufraga el estado humano en la aburrida humanidad europea. Pero he aquí que aparece algo. Uno de los dos le cuenta al otro una leyenda: a veces cuando se pone el sol sobre el mar, por un instante se forma un rayo verde, y si dos personas lo ven a la vez, quedan enamoradas para siempre. El tema pasa inmediatamente, se olvida porque nada parece realmente importar. Con el desarrollo de la historia, sin embargo, la ilusión va germinando y creciendo imperceptiblemente, hasta que al final están los dos frente al mar, al atardecer, el sol gordo, líquido y anaranjado se va hundiendo en el mar, y en el instante que desaparece, vemos un rayo verde hacer un fugaz y mágico resplandor.


Fulgor
Brillo
Resplandor
Destello
Relámpago
Luminiscencia
Luminosidad
Refulgencia
Deslumbre
Claror
Relumbro
Albor
Resolana




 



En fin, se ha cumplido un año que estamos juntos.


jueves, 21 de febrero de 2013

Un buen padre



Deseo mucho ser un buen padre, pero dudo que lo haya sido con mis hijos. 

Resignándome a esto, debí conformarme con ser el mejor técnico criador que he podido. 

Claro que el desempeño aunque sea de un mero técnico requiere, además de criterio y capitalización impecable de la experiencia, una ética. Y la integridad que resulta de observar esa ética, con inteligencia, valentía y voluntad. No se cría bien a un hijo si uno no se comporta como decide comportarse.

Y el amor, no sé dónde queda.






PS. Carta de mi pibe Santiago en respuesta a este post:
Que es ser un buen padre? Como hacemos para saber si lo somos o no lo somos? Como se aprende? Se aprende? Quien lo juzga? 

Hoy lei lo que pusiste en el blog, y me dejo pensando. El tema que tocas es un tema en el que me siento muy apto como para opinar. No solo en el sentido de la relacion que tenemos, sino tambien en el sentido de padre. Vos sabes muy bien lo que significa ser padre, y yo tambien. Tendras mas años de experiencia, pero hay algo escencial, que va mas alla del tiempo que haya pasado desde que uno es padre. Esa cosa escencial es la que guia mi pensamiento. Creo que somos padres y madres antes que seres humanos. Eso es lo que somos antes de que exista cuerpo y conciencia para razonarlo. Y esto no es para nada una argumentacion que me lleve al punto de pensar el " Ser Padre" como una pura coincidencia biologica. el " Ser Padre" esta impreso en nuestro ser natural, universal. Por eso, creo que ser padre es mas aun que el simple echo de hacer una extencion de la materia. El ser padre es la forma que encontramos de guiar a nuestros cachorros humanos, de la unica forma que podemos guiarlos. Siendo sensibles a todo lo que nos rodea, para poder transmitirselo, y que puedan transmitirselo a sus cachorros.

Obviamente tengo mucha mas informacion y conocimiento acerca de vos, tu vida, y tu ser padre. y creo que te lo digo todo cuando me veo a mi mismo, usar metodos que tu ser padre me enseño en lo mas profundo de mi inconciente. Ese " Tecnisismo" que es tu ser padre, quedara grabado por muchos años en el inconciente mio, de fer y de iri. De justi, de sus hijos y asi se ira deshaciendo despacito, como el cuerpo, y como el amor. Y no es una cuestion de amor expresado, es una cuestion del amor nato. El que se da desde lo inconciente. Amor material, util. 

Yo se que pensas, que no me diste todo lo que me querrias haber dado, por que yo soy distante con vos y preferi no aceptarlo. Y a veces, sentis que no me importa lo que te pasa y demases. Pero asi como hay un ser padre, hay un ser hijo. Y mi ser hijo es distinto a los otros dos. Yo tome lo que me parecio, tenia que tomar, y hoy lo uso desde mi inconciente, mi tecnica es en gran parte la tuya, porque mas alla de lo que puedas ser, nos la enseñaste con amor y eso te hace un buen ser padre...

martes, 19 de febrero de 2013

Incontrolable



Con vos ardo todo el tiempo

sólo eso

Quiero verte cada instante y cualquier insecto pelusita sombra fragmento de gotita aliento fresco filamento flotante

que se oponga

me hace vomitarle un océano de lava encima

lunes, 18 de febrero de 2013

Amor


Get the blanket from the bedroom 
We can go walking once again. 
Down in the bayou 
Where our sweet love first began. 







viernes, 15 de febrero de 2013

El super chino de Roli Villani



Mary, mi china preferida, se muere de risa. El de la verdulería le hace chistes en chino que, evidentemente, son muy graciosos. A mí me causa gracia la escena. Mary me mira, muerta de risa.

-¡Cualquiera! -dice.

Me gusta


Han conseguido cobrarnos por casi todas las maneras de conversar: por carta. teléfono, sms, email, redes sociales, consulta al psicólogo, café, pub. 

El refugio de la comunicación sin mediación del mercado está en chusmear mientras se barre la vereda, en un ascensor, una caminata, un banco de una plaza o al lado del aeropuerto, mirando cómo los aviones se van o llegan del cielo.


jueves, 14 de febrero de 2013

O Chico e a Amazonia


DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE - MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL.

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.

Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:

Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.

Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.

Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.

El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.

De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.

No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.

También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.

No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.

Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.

Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.

En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.

Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.

Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!

NOTA: Este artículo fue publicado en el NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, USA TODAY y en los diarios de mayor tirada de EUROPA y JAPÓN.

Pero en BRASIL y el resto de Latinoamérica, este artículo no fue publicado

sábado, 9 de febrero de 2013

China en Argentina


(Artículo publicado en Revista Dang Dai, Nº5)



Entre los múltiples puntos de vista desde los cuales los argentinos nos hacemos una imagen de China, está el de los chinos personas de carne y hueso, de sentimientos y pasaporte, del restaurante o el supermercado de enfrente. Los chinos llegaron a nuestro país más tarde que a otros de la región, pero ya conformarían la cuarta colectividad extranjera. Nos interesa explorar en esta nota cómo construimos, a través de ellos, una imagen del segundo socio comercial de Argentina, el país que compra lo que nuestra tierra engendra, con el que estamos destinados a una larga, y esperamos que buena, amistad.
Concebimos a la sociedad argentina como una cariñosa adoptante. Desde la sonora y convocante sentencia “y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino” hasta el diminutivo que hace del árabe un “Turquito”, del español “Galleguito”, del chino, “Chinito”.
Sin embargo, la nuestra es esa actitud compleja en la que el abrazo al inmigrante se mezcla con inhospitalidad y cierto racismo. Nuestra historia está preñada de una inmoral negación de los pueblos originarios, de los africanos y de otros en tanto integrantes de la sociedad nacional que obedeció a la glorificación de los “blancos” europeos como superiores y civilizados y despreció a los demás. Los sectores que con el poder en sus manos fundaron la Argentina del siglo XX soñaban con un país de blancos e implementaron por ello una política de inmigración pujante desde Europa. No estaban previstos los chinos, quienes además estaban siendo maltratados en varios países de América donde eran considerados “raza inferior”.
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"Y dale Messi, dale dale Messi...."
Esta es la matriz a la que llegarían los inmigrantes chinos que habrían de venir a la Argentina. No arribaron contingentes de coolies, como sucedió en Estados Unidos, Perú, Cuba y algunos países de Centroamérica, pero a principios del siglo XX ya eran una colectividad que desfilaba sus rasgos y ropas exóticas en La Recova.
Durante todo el siglo siguieron incorporándose al país como una inmigración discreta, la mayoría provenientes de Guangdong, que no llegó a formar una “ola” sino hasta los años de 1980. En los ’60, Buenos Aires, como todas las grandes ciudades del mundo, tenía algunos restaurantes chinos, y llegó a formalizarse un grupo de jóvenes que recitaban poemas, bailaban, cantaban y desplegaban otras actividades de la cultura clásica china. Entonces, y por muchos años más, la Embajada podía invitar a una porción grande -si no a toda- la colectividad a celebrar cada 1º de Octubre el nacimiento de la República Popular, con la que Argentina estableció vínculos formales en 1972. Tan pocos chinos eran la comunidad en Argentina. No alcanzaban para nutrir a los argentinos de una imagen de China. La imagen estaba hecha de ecos que llegaban de otros países, por los periódicos, las revistas, los libros y el cine.
En los ‘70 comenzó a aumentar suave pero sostenidamente la llegada de taiwaneses, y la tendencia se afirmó hasta hacerse maciza en la segunda mitad de los ‘80. Los restaurantes chinos se multiplicaron, se especializaron en rotiserías, bajaron los precios, aparecieron los “tenedor libre”. Cuando éstos se generalizaron en Buenos Aires, comenzaron a expandirse a las ciudades grandes del interior.
Los chinos ofreciendo comida integraban el imaginario de los argentinos. Los taiwaneses no hicieron otra cosa que capturar las tradiciones de los restaurantes establecidos hacía décadas y repetir una imagen internacionalizada. En tres o cuatro años, los restaurantes chinos dejaron de ser una alternativa especial para conformar una porción de la oferta gastronómica de la ciudad, como las pizzerías, las parrillas o los locales de cadenas de comida rápida. Rotiserías y tenedor libres chinos podía haberlos en todo el mundo, pero comenzaron a formar parte característica de la vida porteña. Se había incorporado lo exótico. Inevitablemente, cada tanto aparecía una folclórica sospecha sobre los ingredientes o la higiene de la comida, pero era más un mecanismo paranoide que una actitud determinante, porque de otra manera no se habrían multiplicado las casas de comida china de la manera en que lo hicieron. La realidad es que masas de argentinos se han nutrido y crecido con el chow fan, el chop suey y el chow mien que les han preparado y servido un ejército de chinos nuevos argentinos, tal como lo hacía Hop Sing con los Cartwright de El Gran Chaparral.
En ese escenario se enfatizaban en los chinos los atributos de buenos cocineros y buenos comerciantes. Y se los veía desplegar una laboriosidad inagotable, que remitía a la agitación de las superpobladas calles chinas que aparecían en las películas, pero también a la sacrificada estrategia de los inmigrantes pioneros, chinos, polacos o italianos, dispuestos a inmolar sus vidas en la hoguera del trabajo en pos de que su familia tuviera un lugar en la nueva sociedad. Una cantidad de rasgos señalados como típicos de los chinos y por los que se los ha vapuleado fueron los de cualquier primera generación de inmigrantes: la tenacidad del ahorro, el consecuente hacinamiento y vida de rigurosa austeridad, el hermetismo, la falta de integración.
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La presidenta CFK con un niño de Beijing.
Las dificultades para que se establecieran lazos de amistad vecinal entre argentinos y chinos se debieron también al gigantesco atolladero idiomático. Prácticamente nadie hablaba chino en Argentina cuando la inmigración ganó volumen, y los chinos no hablaban español. Los recién llegados no sabían cómo preguntar por un médico, y cuando finalmente lo hallaban, el médico no sabía cómo hacerse entender. La cineasta Verónica Chen fue a visitar el pueblo en el interior de China donde había nacido su padre. Fue sin saber hablar chino; nos relató que “una vez que estuve en aquel pueblo, una mañana salí a caminar sola y de repente descubrí que no podía entenderme con nadie, ni podía entender los carteles, ni cómo funcionaba aquella ciudad… Tomé conciencia de que si me perdía, podría vagar por allí indefinidamente, quizás no encontrara la forma de regresar”.
Sin embargo, el padre de Verónica Chen, quien llegó décadas antes que los taiwaneses, no sólo no se perdió en Argentina, sino que supo hacerse una vida, que incluyó una hija (una cineasta de excelencia) que temió perderse en las calles donde él se crió.
Los chinos inmigrantes desde 1980 tuvieron algunas ventajas respecto de los anteriores porque sus predecesores, con más tiempo en el medio local, iban sirviendo de traductores e intérpretes, y porque de todos modos tenían paisanos con quienes hablar. Además, los taiwaneses tenían un sentido de lo occidental más afirmado que el pico inmigratorio que los siguió, compuesto mayormente por fujianeses. Si el obstáculo del idioma había empezado a ceder, la llegada de los inmigrantes de la región de Fujián volvió a solidificarlo.
Fue inevitable que los cauces de actividades económicas de los inmigrantes chinos buscaron prescindir al máximo del uso del lenguaje: a las casas de comida se sumaron los bazares, luego las lavanderías de ropa y al fin los supermercados.
La barrera del idioma terminará cediendo, considerando a la porción de origen chino como un todo dentro de la sociedad argentina. Ciertamente quedarán aquellos que llegaron adultos y no pudieron hablar -o se las arreglaron para eludir- el engorroso idioma castellano, pero sus hijos lo están aprendiendo con hermosa rapidez (el problema empieza a ser el inverso: los hijos de chinos que llegaron de pequeños o nacieron aquí y no están aprendiendo el idioma chino). En pocos años veremos a la comunidad china en nuestro país dar la vuelta de campana que notó Carlitos Lin, locutor del ISER y descendiente de taiwaneses: “No es sólo una cuestión de manejar técnicamente otro idioma: cuando un chino puede finalmente hablar con un argentino, cuando se puede comunicar, le cambia hasta la personalidad. Ya no es ese tipo hosco, cerrado… Es otro”.
Por cierto, Carlitos Lin no se dedica a ninguna de las actividades tradicionales de los chinos en Argentina. Lo mismo sucederá con la gran cantidad de chinoargentinos que han pasado, pasan o se dirigen a la universidad. Posiblemente las rotiserías, los restaurantes, los bazares, los lavaderos de ropa y hasta los supermercados queden como recuerdos de la época de la inmigración, como hoy lo son los comercios de sirios y judíos rusos, los cafés de los españoles y las tintorerías de los japoneses. El cambio del semblante chino será, para entonces, muy grande, y los chinos serán otros diferentes de los actuales.
Mencionamos las infaltables prevenciones folclóricas focalizadas en la comida. Pero los pequeños o grandes miedos contra los chinos entre nosotros no tenían por qué limitarse a un aspecto. Siempre los extranjeros que vienen a nuestro territorio causan resquemor, mucho más si tienen un pensamiento, costumbres y modos de vida diferentes, y mucho más aún si hablan un idioma que no comprendemos. Podrían estar diciendo en nuestra cara algo que nos perjudique y no lo comprenderíamos. Dentro de sus casas y negocios podrían estar haciendo cosas en contra de nosotros y no lo veríamos. Así, sólo nos queda la sospecha. Precedida y alimentada, además, por la tendencia a la desconfianza y la xenofobia.
No es de extrañar que apareciera esta posición y comportamiento entre los nativos de aquí. Sucede con los nativos de cualquier lugar.  Y de otros lugares importamos la policial leyenda de la mafia china. Más allá de que existan organizaciones que operan fuera de ley, se construye una leyenda, que puede nutrirse de una realidad pero sólo existe si responde a la necesidad de conformar un cuadro. En este caso, uno complejo, en el que funcionan chinos mafiosos, cómplices locales, argentinos a quienes le sucede lo mismo que los europeos y noteamericanos, víctimas que viven con el corazón en la boca, argentinos invadidos, policía y autoridades corruptas, buenos y malos, etc.
Con la mafia china los argentinos seguimos el movimiento de todo Occidente respecto de la concepción de los chinos. Dejaron de ser aquellas figuras típicas de un mundo casi irreal, de la época cuando todo parecía inmutable, para transformarse en una fuente de peligro. La proximidad convirtió la condición de otros de los chinos en una amenaza. Entre el Apocalipsis, el Calentamiento Global, la Invasión Extraterrestre y otras, el Peligro Amarillo es una de las calamidades largamente cultivadas por la Humanidad.
Podrían haberse elegido otros aspectos del imaginario sobre los chinos para caracterizarlos (la autoridad de la mujer, la vocación artesanal, una relación entre el individuo y el conjunto en la que siempre prima el colectivo, el rigor como forma de criar a los niños) pero se eligió en muchas ocasiones concebirlos como mafiosos, enfatizando que son taimados, delincuentes, crueles, codiciosos.
El  rol que han cumplido los medios de comunicación masiva en esta estigmatización ha sido decisivo. El conflicto, el suspenso y la facilidad que ofrecen las historias de mafia para ser entendidas han sido capitalizadas por la prensa. No nos asombraría que una investigación demostrara que cerca de un tercio de las noticias referidas a chinos en Argentina se relacionen con una mafia cuya existencia está descontada.
Amortigua las sospechas oscuramente malintencionadas sobre qué hacen los chinos puertas adentro de sus casas, su idioma y sus sentimientos, el que no se haya formado en Buenos Aires un barrio chino al estilo de los que hay en San Francisco, Montreal, París, etc.  El Barrio Chino ubicado en Belgrano es sólo un paseo de restaurantes, supermercados y bazares de no más de seis cuadras. La diferencia básica con los barrios chinos de otras ciudades es que este no alberga residentes chinos. Por alguna razón, las primeras familias inmigrantes de la ola grande de los 80 siguió la débil tradición que marcaron en Buenos Aires los chinos históricos y se dispersó por la ciudad. Luego, la inmigración más firme de fujianeses continuó la estrategia, esta vez funcional a la actividad económica a que se abocaron, la instalación de supermercados. Resulta particular de la capital de Argentina que tenga dispersas a sus colectividades de origen japonés y chino, mientras los coreanos están fuertemente concentrados en el barrio de Flores Sur.
Este esquema demo-geográfico se condice con el mapa de asociaciones sociales que nuclean a los miembros de la colectividad china —con esta constatación, el término "colectividad" pierde sustento. Los porteños que visitan el Barrio Chino encuentran allí una Asociación Taiwanesa, una iglesia protestante y un templo budista.  Hay otras iglesias similares y unos pocos templos más en la ciudad, apenas visibles para el barrio en el que están. Si hay asociaciones civiles, son desconocidas para el resto de los habitantes de Buenos Aires. Acaso la única entidad visible, fuera de las representaciones diplomáticas, sea CASRECH, la Cámara de Autoservicios y Supermercados de Propiedad de Residentes Chinos, que agrupa a cerca de 4.700 comercios.
Hay chinos en casi todas las cuadras atendiendo su supermercado, muy excepcionalmente se ve un chino o una china vestidos de ejecutivos, más raramente aún se descubren turistas chinos, aunque empiezan a llegar, y hay una pequeña concentración en el Barrio Chino, o sea, hay una comunidad dispersa. Más bien se diría que hay una cantidad importante de chinos (los medios repiten la afirmación de un argentino que estaba al frente de  CASRECH, que indicó que la cantidad alcanza los 120 mil) sin otra amalgama o articulación social que la certeza de su origen y las hipótesis sobre cómo se componen las familias, y las sospechas y especulaciones acerca de cómo están dentro de tramas mafiosas.
Esas nubes de conjeturas habilitadas por la muralla que separa los idiomas siguen fecundando las fantasías por el exotismo de lo chino. Este es el costado más atávico de la imagen de China, la que habilitó Marco Polo. Dentro de sus murallas, China es la realidad tan diferente que acaba siendo inclasificable e impredecible. Cualquier cosa puede pasar, desde dragones volando hasta la transformación del comunismo en capitalismo, el “socialismo de mercado”. Está más allá de cualquier extremo. Es el lugar donde habita lo imposible y por tanto lo fabuloso, lo mágico; donde lo milagroso es lo normal. Un mundo habitado por criaturas únicas, personas que tienen poderes inimaginables, multitudes inconcebibles que llevan a cabo obras irrealizables. Pues de aquella realidad irreal es que alguien ha sustraído pequeñas chispas: objetos brillantes, labrados intrincadamente, misteriosos, y los ha traído para venderlos en los pequeños y abigarrados bazares de la calle Arribeños. En plena Buenos Aires. A unos minutos de viaje desde el Obelisco. Y además, a un precio ridículo.
La gente concurre en masa al Barrio Chino de Belgrano, a estar un rato en un pequeño remolino de la China exótica, comiendo su comida mítica y viendo y comprando, con sólo un puñado de monedas, chucherías inverosímiles, partículas de otra realidad, mágica y eterna.
En este plan no es del todo ajena la satisfacción por sentirse perteneciente al cosmopolitismo, porque además de aquella imagen clásica, lo marca China también está asociada con el “nivel internacional”.
Desde mediados de la década del 2010 el flujo inmigratorio comenzó a ceder. Mientras, los chinos se argentinizan cada día. No está lejano el futuro en que el actor Ignacio Huang, consagrado en la película Un cuento chino, sea convocado para que actúe un papel que no sea “de chino”.
La pregunta que empieza ahora es qué está aportando la cultura china al ADN argentino. O sea, cómo será este país una vez asimilada la idiosincrasia que trajeron esas personas llegadas desde tan lejos para habitar en suelo argentino.

viernes, 8 de febrero de 2013

Cambio de piel




El año del Dragón fue maravillosamente tempestuoso, encantadoramente revolucionario e imparablemente conmovedor. El dragón se despide, agotado por sí mismo, y llega el año de la Serpiente, año lunar 4711 para los chinos. La impronta de la serpiente tiene poco que ver con la del Dragón: su dominio es el de una sabiduría instintiva y ancestral, una habilidad magnética que actúa desde la quietud. Es tiempo de confiar en el poder de lo que uno ya es y cosechó. Será en vano, hasta necio, agitarse para cambiar las cosas. La continuidad con el Dragón está dada porque la Serpiente también es kármica, lo que significa que ésta es su última reencarnación. Cada día es el último, cada instante es un tesoro. Quienes mejor entiendan esto, por otro lado, correrán el riesgo de enfatizar su lado posesivo, territorial, celoso. Así es el zodíaco chino, una de ying, una de yang.






lunes, 4 de febrero de 2013

Mirador de los Aviones






Esto es lo que más me gusta de un aeropuerto y muy pocos lo tienen: una sala para ver bajar y subir los aviones.
Que esos monumentos de metal y plástico se eleven hasta el cielo y lleguen desde más allá de las nubes y aterricen a 300 kilómetros por hora sin hacerse albóndiga es un milagro formidable que han logrado los insectos humanos. Es uno de los mayores espectáculos de esta decadente, cruel y mugrienta civilización. No entiendo que no seamos multitud quienes queremos asistir al portentoso espectáculo de cada despegue y cada aterrizaje. En el aeroparque Jorge Newbery sólo hay algunas familias que lo hacen, unas familias muy argentinas y modestas, con mate y chiquitos, en reposeras para la playa, con bizcochitos de grasa, en cueros los hombres y con una radio haciendo picnic ilegal sobre la vereda, obligados a ocupar el espacio público. Nada costaría hacer una confitería con terraza en los márgenes del aeroparque, o en los terrenos sobre el río que está cerca, un parque con gradería o sillones bkf de cemento sobre el césped.
Sólo he visto este mirador en el aeropuerto de Bariloche y en la T5 de Heathrow —y los dos son restringidos, de todos modos, a los pasajeros.