viernes, 9 de noviembre de 2012

Lo que vi en la marcha del 8N


Vi mucha gente regia. 
Toda gente que no se ve en los colectivos. 
Sólo esa gente. 
Vi muchas banderas argentinas. 
Vi las consignas vacías que nombró muy bien Urtizberea*. 
Vi mucha gente. 
Vi católicos en muchos lugares. 
Vi la gente que avanzó hacia la destitución del Gobierno en 2008, la que celebró la fiesta de  Menem y la que le dio un cheque en blanco a los militares para que dieran el Golpe de Estado en el 76 e instauraran una dictadura que torturaría y asesinaría a miles de personas. Sin embargo, pensé que el tema no es tanto las personas, cada persona, sino como anclaje de la defensa de los intereses de los sectores privilegiados. 
Las consignas eran horrorosamente vacías, pero eran muy claros los intereses que se defendían -ya sea porque se los tiene o porque se los quiere tener-: la propiedad privada, la potestad política legal o ilegal, los privilegios de las clases acomodadas.






* No digan por un país no sé cuánto, por una provincia no sé qué. Digan cómo. Digan un plan. Digan qué idea. Digan el proyecto. Digan los pasos. No digan para terminar con tal cosa, para continuar con tal otra. Digan cómo. Digan con qué recursos. Digan con qué criterio. Digan con qué medidas. No digan frases vacías. No digan palabras tan generales. No digan “seguridad” si no dicen cómo. No digan “educación” si no dicen cómo. No digan “cambio” si no dicen cómo. Digan cómo. Concretamente cómo. Sinceramente cómo. Digan las respuestas; las preguntas las conocemos todos. Digan visiones reveladoras. Digan algo de los pensadores que leyeron, cuáles rescatan, con cuál disienten. Digan qué saben de filosofía política, digan qué saben de los problemas de la gente. Digan qué saben de economía, digan qué recetas ya fallaron y cuáles aún no se han probado. Digan la historia, las causas. Digan cómo saben lo que saben. Digan algo que no
haya dicho nadie, algo que no sepamos. No digan discursos que no dicen cómo. No digan obviedades. No digan vaguedades. No digan sólo los titulares de las cosas. Digan las cosas. Digan con qué cálculos. Digan de qué manera. Digan con qué medios. Digan por cuál camino. Digan cómo. Específicamente cómo. Técnicamente cómo. Detalladamente cómo. Sabiamente cómo. No digan sólo eslóganes. No digan por arriba. No digan “salud” si no dicen cómo. No digan “vivienda” si no dicen cómo. No digan “empleo” si no dicen cómo. No digan lo que ya escuchamos mil veces, lo que ya sabemos de memoria. Digan una que no sepamos todos. Digan y sorpréndannos por lo ilustrados, por lo preparados, por lo sensibilizados. Digan y sorpréndannos por lo creativos, por lo comprometidos, por lo bienintencionados. Digan lo que quieren hacer, pero digan cómo. No digan palabras recitadas. No digan frases hechas por los asesores de imagen. No digan discursos de cartón. Digan cómo. Simplemente cómo. Claramente cómo. Particularmente cómo. Responsablemente cómo. Digan un plan. Digan qué idea. Digan el proyecto. Digan los pasos. Por cuál camino. Con qué recursos. Con qué criterio. Con qué medidas. Digan cómo. Los estamos escuchando.