domingo, 21 de octubre de 2012

True love


No comprenderemos nunca los hombres la temeridad de una persona para animarse a que su cuerpo produzca del lado de adentro un humanito.
Los únicos hombres que se animaron, que empataron en audacia a todas las mujeres que son madres, lo hubieran sido, quieren serlo, fueron Arnold y Thomas Beatie.

 Y he aquí que ni siquiera eso es verdad, porque Arnold fue un embarazado de Hollywood y no es cierto del todo que Beatie fuera (sólo) hombre.
Cuando un hombre, aunque sea un prócer o un anciano, dice mamá se transforma en ese mariconcito conmovido por una mujer que lo hace temblar de amor.
No es para menos.
Tenemos razón.
Es perfectamente explicable considerando nuestra perturbación, asombro, maravilla y admiración por una heroína sin parangón.