domingo, 13 de marzo de 2011

Aguas de marzo

Muchos años vi lo que está pasando ayer y hoy: que un viento maduro, adusto, llega para cumplir su seria labor de llevarse el verano. Quizás el verano vuelva unos días, y luego nuevamente, pero una y otra vez regresará este viento a llevárselo.

La canción de Tom Jobim es un final parecido, más lindo, exquisitamente melancólico.


Aguas de marzo

Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es el resto de un toco, es un poco solo
Es un pedazo de vidrio, es la vida, es el sol
Es la noche, es la muerte, es la línea, es el anzuelo
Es caoba del campo, es nudo en la madera
Caingá, candeia, es el Matita Pereira
Es madera de viento, caída en el barranco
Es el misterio profundo, el quieras o no quieras
Es el viento soplando, el fin de la ladera
Es la viga, es la rajadura, fiesta en el techo
Es la lluvia lloviendo, es conversación en la orilla
De las aguas de marzo, es el fin del cansancio
Es el pie, es el piso, es la caminata por el camino
Pajarito en la mano, piedra en la gomera
Es un ave en el cielo, un ave en el piso
Es una correntada, es una fuente, es un pedazo de pan
Es el fondo del pozo, es el fin del camino
En el rostro el disgusto, es un poco solo
Es un abrojo, es un clavo, es una punta, es un punto
Es una gota goteando, es una cuenta, es un cuento
Es un pez, es un gesto, es una plata brillando
Es la luz de la mañana, es el Tijolo llegando
Es la leña, es el día, el fin del sufrimiento
Es la botella de caña, la astilla en la senda
Es el proyecto de la casa, es el cuerpo en la cama
Es el auto encajado, es el barro, es el barro
Es un paso, es un puente, es un sapo, es una rana
Es un resto del monte en la luz de la mañana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón
Es una culebra, es un palo, es Juan, es José
Es una espina en la mano, es un corte en el pie
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón
Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es el resto de un toco, es un poco solo
Es un paso, es un puente, es un sapo, es una rana
Es un lindo horizonte, es una fiebre terca
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón
Palo, piedra, fin, camino
Resto, toco, poco, solo
Pedazo, vidrio, vida, sol, noche, muerte, línea, anzuelo
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón
Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es el resto de un toco, es un poco solo

* * * 

É pau, é pedra, é o fim do caminho
É um resto de toco, é um pouco sozinho
É um caco de vidro, é a vida, é o sol
É a noite, é a morte, é o laço, é o anzol
É peroba do campo, é o nó da madeira
Caingá, candeia, é o MatitaPereira
É madeira de vento, tombo da ribanceira
É o mistério profundo, é o queira ou não queira
É o vento ventando, é o fim da ladeira
É a viga, é o vão, festa da cumeeira
É a chuva chovendo, é conversa ribeira
Das águas de março, é o fim da canseira
É o pé, é o chão, é a marcha estradeira
Passarinho na mão, pedra de atiradeira
É uma ave no céu, é uma ave no chão
É um regato, é uma fonte, é um pedaço de pão
É o fundo do poço, é o fim do caminho
No rosto o desgosto, é um pouco sozinho
É um estrepe, é um prego, é uma ponta, é um ponto
É um pingo pingando, é uma conta, é um conto
É um peixe, é um gesto, é uma prata brilhando
É a luz da manhã, é o tijolo chegando
É a lenha, é o dia, é o fim da picada
É a garrafa de cana, o estilhaço na estrada
É o projeto da casa, é o corpo na cama
É o carro enguiçado, é a lama, é a lama
É um passo, é uma ponte, é um sapo, é uma rã
É um resto de mato, na luz da manhã
São as águas de março fechando o verão
É a promessa de vida no teu coração
É uma cobra, é um pau, é João, é José
É um espinho na mão, é um corte no pé
São as águas de março fechando o verão,
É a promessa de vida no teu coração
É pau, é pedra, é o fim do caminho
É um resto de toco, é um pouco sozinho
É um passo, é uma ponte, é um sapo, é uma rã
É um belo horizonte, é uma febre terçã
São as águas de março fechando o verão
É a promessa de vida no teu coração
pau, pedra, fim, caminho
resto, toco, pouco, sozinho
caco, vidro, vida, sol, noite, morte, laço, anzol
São as águas de março fechando o verão
É a promessa de vida no teu coração.


1 comentario:

  1. Santiago de la delio.17 de marzo de 2011, 17:09

    Como me cabe que llegue el otoño, y aca hay otro pichoncito que tambien le gustaba:

    Templada y riente (como lo son las del otoño en la muy graciosa ciudad de Buenos Aires) resplandecía la mañana de aquel veintiocho de abril: las diez acababan de sonar en los relojes, y a esa hora, despierta y gesticulante bajo el sol mañanero, la Gran Capital del Sur era una mazorca de hombres que se disputaban a gritos la posesión del día y de la tierra. Lector agreste, si te adornara la virtud del pájaro y si desde tus alturas hubieses tendido una mirada gorrionesca sobre la ciudad, bien sé yo que tu pecho se habría dilatado según la mecánica del orgullo, ante la visión que a tus ojos de porteño leal se hubiera ofrecido en aquel instante. Ya Buques negros y sonoros, anclando en el puerto de Santa María de los Buenos Aires, arrojaban a sus muelles la cosecha industrial de los dos hemisferios, el color y sonido de las cuatro razas, el yodo y la sal de los siete mares; al mismo tiempo, atorados con la fauna, la flora y la gea de nuestro territorio, buques altos y solemnes partían hacia las ocho direcciones del agua entre un áspero adiós de sirenas navales. Si desde allí hubieses remontado el curso del Riachuelo hasta la planta de los frigoríficos, te habría sido posible admirar los bretes desbordantes de novillos y vaquillonas que se apretaban y mugían al sol esperando el mazazo entre las dos astas y el hábil cuchillo de los matarifes listos ya para ofrecer una hecatombe a la voracidad del mundo.

    Trenes orquestales entraban en la ciudad, o salían rumbo a las florestas del norte, a los viñedos del oeste, a las geórgicas del centro y a las pastorales del sur. Desde Avellaneda la fabril hasta Belgrano ceñíase a la metrópoli un cinturón de chimeneas humeantes que garabateaban en el cielo varonil del suburbio corajudas sentencias de Rivadavia o de Sarmiento. Rumores de pesas y medidas, tintineos de cajas registradoras, voces y ademanes encontrados como armas, talones fugitivos parecían batir el pulso de la ciudad tonante: aquí los banqueros de la calle Reconquista manejaban la rueda loca de la Fortuna; más allá ingenieros graves como la Geometría meditaban los nuevos puentes y caminos del mundo. Buenos Aires en marcha reía: Industria y Comercio la llevaban de la mano.

    Adan Buenosayres de Leopoldo Marechal.

    Muy bueno todo lo tuyo Gustavito, saludos.
    Santiago de la delio.

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